Un docente o profesor que imparte cursos de formación bonificada en modalidad presencial para trabajadores y empresas debe cumplir con una serie de características y competencias para asegurar la calidad de la formación impartida. Aquí indicamos algunas de las características más relevantes:
1. Formación académica y profesional adecuada: El docente debe tener la titulación correspondiente o experiencia profesional relacionada con el área del curso que va a impartir.
2. Experiencia docente: Es deseable que el profesor tenga experiencia previa en la enseñanza, idealmente en formación de adultos o en formación bonificada.
3. Habilidades de comunicación: Es crucial que el docente pueda transmitir información de manera clara, precisa y comprensible para los alumnos.
4. Habilidades pedagógicas: Debe ser capaz de diseñar y planificar la formación, utilizar diferentes métodos y técnicas de enseñanza y adaptarse a las necesidades de los alumnos.
5. Actualización constante: El mundo laboral cambia constantemente, por lo que es vital que el docente esté al día en su área de especialización y en las metodologías didácticas más actuales.
6. Manejo de la tecnología: Aunque la formación sea presencial, es probable que se utilicen herramientas tecnológicas, como proyectores, programas informáticos o plataformas digitales. Es importante que el docente se sienta cómodo con estas herramientas y sepa utilizarlas eficazmente.
7. Habilidades interpersonales: La empatía, la paciencia y la habilidad para manejar conflictos son esenciales, dado que se estará trabajando con grupos heterogéneos y con diferentes necesidades y expectativas.
8. Conocimiento de la normativa: Es necesario que el docente esté al tanto de la normativa vigente relacionada con la formación bonificada, para asegurar el cumplimiento de los requisitos legales y administrativos.
9. Evaluación y retroalimentación: El docente debe ser capaz de evaluar a los alumnos, proporcionar retroalimentación constructiva y, además, evaluar su propio desempeño para identificar áreas de mejora.
10. Motivación: El entusiasmo y la pasión por enseñar son esenciales para motivar a los alumnos y hacer que la formación sea efectiva.
11. Adaptabilidad: Es necesario que el docente pueda adaptarse a situaciones imprevistas o a las necesidades específicas de un grupo en particular.
12. Gestión del tiempo: El profesor debe saber organizar el tiempo de clase, garantizando que se cubran todos los temas previstos y dejando espacio para la participación activa de los alumnos.
13. Integridad profesional: Es esencial que el docente actúe con ética y profesionalismo, respetando a los alumnos y a la institución.
14. Capacidad para trabajar en equipo: En algunos casos, puede que el docente necesite coordinarse con otros profesionales o con el personal administrativo de la entidad formadora.
Estas características y competencias garantizarán que el docente pueda ofrecer una formación de calidad y que cumpla con los objetivos propuestos. Además, en el ámbito de la formación bonificada, es fundamental mantener registros y evidencias de la formación impartida, por lo que el docente debe ser riguroso en la documentación y seguimiento de sus acciones formativas.