La formación bonificada permite a las empresas privadas recibir financiación para formar a sus empleados y mejorar sus habilidades mediante un crédito de formación anual. Para ello, la empresa bonificada debe estar al corriente de sus obligaciones tributarias y de Seguridad Social para poder participar.
Cada empresa tiene un crédito de formación anual que se calcula en función del número de empleados y la cantidad cotizada a la Seguridad Social. Este crédito puede ser utilizado para financiar la formación de los trabajadores. La empresa debe seleccionar cursos de formación que se ajusten a sus necesidades y las de sus empleados.
En general, la empresa invierte recursos financieros reales para pagar los costos asociados con la formación de sus empleados. Esto puede incluir el costo de los cursos, materiales de formación, gastos de viaje, honorarios de formadores externos, y otros gastos directamente relacionados con la formación.
A través del programa de formación bonificada, la empresa luego puede solicitar un reembolso parcial de los fondos invertidos en formación (bonificación en los seguros sociales), siempre que cumpla con los requisitos y procedimientos establecidos por Fundae. Es importante destacar que este reembolso está sujeto al crédito anual disponible para formación que tenga la empresa, y este crédito se calcula en función de la cantidad cotizada a la Seguridad Social.
Existe una diferencia entre la cofinanciación dineraria o aportación privada de las empresas, y la cofinanciación no dineraria o costes salariales de los trabajadores en jornada laboral. La Dineraria consiste en que la empresa realice una aportación privada, es decir, paga por la formación por ejemplo 1.000 euros y sólo bonifica en los seguros sociales la cantidad de 800 euros. En este caso la aportación privada o cofinanciación dineraria es de 200 euros. Esta formación se suele realizar fuera de la jornada laboral.
La Cofinanciación No Dineraria es como una financiación a través de los costos salariales de los trabajadores: En este enfoque, la empresa financia la formación de sus empleados mediante el pago de sus salarios durante el tiempo que dedican a la formación. Esto implica que los empleados continúan recibiendo su salario completo mientras participan en actividades de formación durante su jornada laboral.
No implica un desembolso adicional en efectivo: A diferencia de la cofinanciación dineraria, en este caso, la empresa no realiza un gasto adicional en efectivo para financiar la formación de sus empleados. En cambio, se utiliza el tiempo laboral de los trabajadores como forma de inversión.
Ejemplo: Si una empresa permite que sus empleados asistan a un curso de formación durante 20 horas a la semana, continúa pagándoles su salario completo por esas horas, lo que se considera una forma de cofinanciación no dineraria de la formación.
Ambos enfoques tienen ventajas y desventajas, y la elección entre ellos dependerá de las necesidades y recursos de la empresa. La cofinanciación dineraria puede ser más adecuada cuando la empresa no puede liberar a los empleados de sus responsabilidades laborales durante la formación (formación fuera de la jornada laboral), mientras que la cofinanciación no dineraria puede ser beneficiosa cuando se busca minimizar los costos adicionales en efectivo.