El mercado laboral actual ofrece oportunidades de empleo a personas con un determinado perfil de formación. Por ello, la falta de formación adecuada a la realidad de ese mercado, y la falta de reconocimiento de la experiencia laboral, constituyen los principales problemas de muchos jóvenes, especialmente, los que abandonaron su formación de forma temprana y que hoy no encuentran oportunidades laborales.
Por ello se implementará la cuenta-formación asociada a cada trabajador que gestionarán los Servicios Públicos de Empleo, de forma que se tenga en cuenta toda la trayectoria formativa del trabajador. Así como el conocimiento de idiomas o la mejora de la cualificación en herramientas tecnológicas aumentan las oportunidades para el acceso y mantenimiento del puesto de trabajo.
La Formación debe estar orientada a mejorar la capacitación profesional de los jóvenes a través de acciones formativas (aprendizaje, cualificación, recualificación o reciclaje y becas prácticas) o laborales (primera experiencia laboral mediante formación dual, programas de empleo – formación…). Estas medidas favorecen la mejora de la situación laboral y la recolocación en casos de pérdida del empleo.
También se apoya la Formación Profesional con Alternancia en el Empleo, o Formación Profesional Dual, entendida como el conjunto de iniciativas formativas que tienen por objeto la cualificación profesional de los trabajadores, combinando los procesos de enseñanza y aprendizaje en la empresa y en el centro de formación.
Al mismo tiempo se primará la formación específica vinculada a los requerimientos actuales de los puestos de trabajo, a las necesidades derivadas del cambio de modelo productivo, así como las competencias transversales prioritarias para la mejora de la empleabilidad.
También se dará preferencia a aquellas iniciativas de empleo y formación incluyendo las Escuelas Taller, Casas de Oficios y Talleres de Empleo relacionados con sectores y actividades emergentes: empleos verdes, empleos blancos, tecnologías de la información y comunicación, etcétera. Y la puesta en marcha programas específicos en el ámbito rural para que los jóvenes tengan oportunidades reales de empleo o autoempleo, de tal forma que se favorezca el rejuvenecimiento de la población y se posibilite la fijación de la población en el territorio.
Establecer procedimientos de gestión ágiles y que produzcan resultados en los plazos más breves posibles para actualizar de forma continua el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales. En línea con lo anterior, actualizar el Catálogo de Títulos para adecuarlos a las preferencias de los jóvenes, a los requerimientos de las empresas y a un sistema productivo sostenible.
En el análisis de contexto se pone de manifiesto la importancia de la adecuada formación y el reciclaje de conocimientos entre la población joven, con el objetivo de mejorar sus oportunidades y empleabilidad. El mercado laboral constituye un entorno donde quienes buscan una ocupación deben contar con las habilidades requeridas por el mismo, destacando aspectos como el conocimiento de idiomas, la cualificación en herramientas tecnológicas o el espíritu innovador y emprendedor. Cada persona, además de desarrollar las capacidades y habilidades adquiridas durante su etapa de formación, debe aprender a rentabilizarlas y complementarlas con otras que se adecúen a las demandas del mercado de trabajo.