Según un estudio de la Fundae, del total de centros de formación que prestan sus servicios en España la mayoría son de titularidad privada, y un 60% está acreditado o inscrito en el Registro de Centros del SEPE. El 98% de los centros imparte formación en las empresas frente a un 2% que lo hace exclusivamente en la iniciativa de oferta. El 80% del ellos son de ámbito autonómico y son mayoritariamente de tamaño medio. El 98% de los centros indica que es de titularidad privada. En cuanto al registro o inscripción en el SEPE, el 31,5% indica que está inscrito, el 28% está acreditado y del 40,5% restante, el 20% no está ni acreditado ni inscrito y el 20,5% lo desconoce.

Respecto a los Certificados de Profesionalidad, las familias profesionales que más se imparten son Administración y Gestión, Comercio y Marketing, Seguridad y Medioambiente, Formación Complementaria y Servicios Socioculturales y a la Comunidad, especialmente en Cataluña, Madrid, Andalucía, País Vasco y Comunidad Valenciana. En cuanto al número de participantes formados, el 34,7% de los centros forma de 1 a 10 participantes; el 30,8% forma de 11 a 50 participantes, y el 34,5% forma a más de 50 participantes. Por tanto, hay una distribución similar en cuanto al tamaño de los centros por tramo de participantes formados, si bien es cierto que de los centros de 1 a 10 participantes el 20,9% forma a un solo participante, mientras que el 79,1% restante forma de 2 a 10. Por tanto, el perfil de centro mayoritario es el que imparte de dos a diez acciones a más de 11 participantes en una única comunidad

Al mismo tiempo en el estudio de Fundae se indica que en cuanto a la selección de los formadores, la forma más frecuente de elegir a los formadores por una bolsa de currículo que tienen las entidades formadoras (en un 53,3% de los casos). Otros medios para elegirlos es por empresas de selección/ ETT y anuncios en portales de empleo (24,3% y 20,6% respectivamente). Solo en el 5,3% de los casos se solicitan a los Servicios Públicos de Empleo. En un 31,2% se utilizan otros medios (conocimiento de los empleados, boca en boca, etc.). En más de la mitad de los centros (56,8%) se mantienen bases de datos de los formadores donde se incluye generalmente información sobre datos de contacto, formación, experiencia docente, contenidos que domina y acciones formativas en las que se ha participado. En menor medida (8,7%) se recogen otras informaciones: precio/hora, publicaciones, CV completo y estancias en el extranjero.

El mismo estudio de la Fundación Estatal indica que el 97,9% de los centros participa en Formación Programada por las Empresa, un 74,1% formando y un 23,8% actuando como centro formador y entidad organizadora a la vez. El 2,1% restante imparte formación en Oferta, pudiendo esa impartición simultanearse o no con la iniciativa de Formación programada por las empresas. Así el 0,6% solo forma en Oferta, el 0,3% forma en las dos iniciativas y el 1,2% forma en las dos iniciativas y además organiza en Formación programada por las empresas.

La selección de los participantes está mayoritariamente en manos de las empresas, teniendo como criterio las competencias profesionales de los alumnos. En este sentido, los centros de formación no tienen entre sus labores realizar la selección de los participantes, por lo que no pueden asegurar la adecuación de dichos participantes a la formación. Este resultado concuerda con que el 98% de los centros del Sistema actúan en formación programada por las empresas frente al 2% de la formación de Oferta.

Casi la mitad de los centros ofrece formación exclusivamente presencial (47,9%).Y en la misma proporción prácticamente (39,9%) combinan lo presencial con oferta online. Una minoría (3,4%) es proveedora de plataformas pero no de contenidos. Otra minoría (8%) desarrolla los contenidos para las plataformas de formación online. Por último, en casi la mitad de los casos (42%) los centros cuentan con sus propias instalaciones para el desarrollo de los cursos y la atención presencial a los alumnos.

El 92,6% de los expertos cree que es necesario ejecutar actuaciones de inspección, control y seguimiento por parte de la Administración pública. Sin embargo, el 48,1% considera que la inversión en estas labores condiciona una mayor escasez de recursos, perjudicando de esta manera la calidad de la formación. Por otro lado, el 59,2% cree que existe falta de flexibilidad en la interlocución con la Administración. El 70,4% de los expertos cree que no existe unidad de criterio en la propia Administración. También existe un 77,8% de expertos que cree que el personal de la Administración realiza las inspecciones sin conocimiento pleno de la normativa o sin instrucciones claras sobre su aplicación. Además, un 77,7% cree que hay aspectos intangibles estratégicos para la calidad de la formación que no son susceptibles de inspección.

Si bien la valoración de los centros sobre el papel de Fundae es positivo, el aspecto peor valorado son las labores de inspección y control del personal de la Administración, donde no hay criterios unánimes y transparentes, y a las que se dedica unos recursos que serían necesarios para favorecer la calidad de otros elementos del sistema.

De un modo genérico el estudio de Fundae indica que la mayoría de las empresas de formación participan en Formación Programada por las Empresa, ya sea formando (impartiendo) o actuando como centro formador y entidad organizadora a la vez, y sólo un 2% restante imparte formación en Oferta, pudiendo esa impartición simultanearse o no con la iniciativa de Formación bonificada.