La norma indica en su disposición adicional primera una especial atención a las pequeñas y medianas empresas que deberán promover los servicios públicos de empleo, señalando que se podrán en marcha iniciativas necesarias para facilitar y generalizar el acceso de las Pymes a la formación de sus trabajadores. Y para ello se prestará asesoramiento y se informará de las distintas iniciativas de formación profesional para el empleo y de las entidades formativas existentes para su impartición.

Pero de un modo contrario al párrafo anterior, se obligan a que todas las empresas de 1-9 trabajadores cofinancien un 5% (mediante aportación privada o costes salariales de los trabajadores en jornada laboral), y hacen desaparece el derecho de estas empresas a bonificar la formación por encima de los precios máximos de los módulos (por ejemplo en un curso online de 10 horas sólo podrá bonificar 75 euros, aunque el coste del mercado está muy por encima).

En el apartado de “carta a los Reyes Magos” encontramos promesas como buscar incrementar productividad y competitividad de las empresas, actualizar el Catálogo de Especialidades formativas, medición del impacto de la formación, trazabilidad de AAFF, detectar necesidades y proponer cursos que demande el mercado, estudios sectores de mayor crecimiento, promover una red de centros de formación, participación de los trabajadores autónomos, o desaparición de la modalidad distancia en los contratos de formación y aprendizaje.

Esperemos que en los próximos meses solucionen todas estas incongruencias y concreten de un modo práctico todas las promesas de su “carta a los Reyes Magos”.